16 enero 2012

Encuentro con el escritor Alfredo Gómez Cerdá



   Los contactos  directos con escritores  consagrados o por lo menos conocidos eran en otros tiempos  algo casi imposible. Como mucho, los interesados por la Literatura teníamos algunas oportunidades de oírlos  en la radio o incluso verlos en la televisión respondiendo a entrevistas más o menos intensas dependiendo del entrevistador y del juego que diera el escritor entrevistado. Esos momentos tenían para algunos de nosotros algo de magia, bebíamos cada una de sus palabras con fruición, captábamos sus respuestas por todos los poros del cuerpo, los escuchábamos con una reverencia casi idólatra… Así recuerdo yo, siendo muy joven haber  esperado con ansiedad comparecencias en la televisión de escritores como Miguel Delibes, Camilo José Cela, Carmen Martín Gayte…y tantos otros…pero estar frente a frente con ellos, poder acercarnos a saludarles, preguntarles algo o pedirles que nos firmaran un ejemplar de algunos de sus libros, era más difícil. Pasado un tiempo, ya de mayor sí que pude asistir a algunos encuentros con escritores a los que admiraba y disfrutarlos a corta distancia. Pero lo que entonces no pasaba, al menos yo no lo recuerdo es que los escritores acudieran a los colegios y los alumnos pudieran hablar con ellos en primera persona.

    Sin embargo, ya hace mucho tiempo que esta actividad que consiste en la presencia de un escritor en los centros para dialogar con los alumnos sobre algún libro en concreto o sobre lo que ellos le quieran plantear, es bastante habitual : La semana pasada, concretamente el día 9 de Enero, como si quisiéramos  celebrar el comienzo del segundo trimestre, teníamos concertada la presencia en nuestro colegio del escritor Alfredo Gómez Cerdá. Los alumnos de 4º de la ESO habían leído uno de sus últimos libros “El rostro de la sombra” y acudieron al Salón de actos para hablar con él sobre el libro leído u otros temas relacionados también con la literatura y el proceso de escribir. La sesión duró alrededor de una hora en la que bastantes chavales le preguntaron a Gómez Cerdá aspectos concretos de “El rostro de la sombra”. Muchos fueron los que le pidieron que les contara el final del libro porque quedaba , en su opinión,  demasiado abierto para su gusto, otros preguntaron cómo se le había ocurrido el argumento, por qué escribía, quiénes eran sus autores favoritos…muchas preguntas a las que Gómez Cerdá fue respondiendo con calma, sencillez, claridad, sentido del humor  y cercanía. Los alumnos estuvieron atentos e interesados. Cuando se les preguntó por la actividad las respuestas fueron del tipo “entretenida y divertida; el escritor tenía humor”, “bien, porque el escritor fue cercano, simpático y estuvo gracioso” “agradable; ha sido interesante poder hablar con un autor para saber cómo es su vida””interesante exposición la que nos hizo Alfredo ya que todos pensábamos que iba a ser aburrido”(genial)… De esta índole son la mayoría de las respuestas aunque también hay algunas negativas pero muy escasas.



   Por mi parte quiero aprovechar la oportunidad que me ofrece el blog del Plan de lectura del colegio para agradecer varias cosas:
  • En primer lugar, la posibilidad de acercar a nuestros alumnos al propio escritor, que es algo que por propia experiencia, al menos algunos chicos recordarán durante mucho tiempo  y los “forofos “ de la literatura (que los hay,) siempre.
  •  En segundo lugar y mucho más importante, quiero agradecer a Gómez Cerdá que haya abordado de una forma tan cercana a la gente joven, uno de los temas tratados hoy en día con menos acierto (por decirlo suavemente): me refiero al tema de la culpa. Hemos pasado de una sociedad en la que se nos culpabilizaba por todo (lo cual resultaba angustioso) a una sociedad en la que nadie es culpable de nada, la responsabilidad y la culpa han desaparecido de nuestros valores y eso puede tener consecuencias terribles. Es esta falta de caer en la cuenta de las consecuencias que tienen nuestros actos el principal problema abordado por el escritor en “El rostro de la sombra” y es el hecho de situar a nuestros chavales brutalmente ante esas consecuencias lo que yo agradezco,  pues como adultos sabemos que necesitamos enfrentarnos a los hechos para pensar y decidir cuál debe ser nuestra reacción.
    En la antigua Grecia, los abundantes espectáculos teatrales servían precisamente para educar al pueblo colocándolo frente al espejo en el que se veían reflejados y así poder elegir comportamientos personales a través de la reflexión propiciada por el argumento de la obra.

   Así, como en el mundo clásico, los libros y éste en concreto cumplen una labor importantísima cuando sirven para hacernos pensar y nos “educan” también en  el sentido clásico de “conducen”.

En definitiva, la experiencia, en mi opinión ha merecido la pena por todos los motivos expuestos arriba y muchos otros que me he dejado en el tintero para no alargarme todavía más. Muchas gracias
Loli

(Actualización del 17 de abril de 2013: El rostro de la sombra acaba de ser galardonado con el Premio Hache de literatura juvenil. En la revista online El Templo de las Mil Puertas podéis acceder a más información. ¡Muchas felicidades, Alfredo!)

2 comentarios:

  1. Qué oportuno que nos expongas lo afortunados que son los alumnos de hoy en día por poder compartir un encuentro con escritores de larga trayectoria, y qué necesaria tu reflexión en torno a la responsabilidad por los propios actos. Muchas Gracias, Loli.

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  2. La experiencia con el autor y su libro sirven de inspiración para tratar con nuestros chavales el tema de la responsabilidad y las repercusiones que sus acciones pueden acarrear. Eskerrik asko.

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